Sublime, este libro es sin duda lo mejor de la poesía reciente que he leído. He aquí dos de sus mejores golpes.
Los ardidos
Los que comulgaron chipotles, serranos, habaneros:
los cofrades de la Orden de la Santa Rabia:
los que una vez roto el corazón
siguieron amando con el hígado
y andan como despellejados: los enchilados: ¡lotería!
Los enchilados que mascan fuego
y escupen serenatas de insultos ante el balcón de nadie.
Desembuchan: ¡Vete mucho a la chilaca!
De la chilaca vienen los ardidos:
los que degustaron el infierno al masticar un chile de
rencor
y se quedaron picados: los prendados de la quemadura.
II
(Xochicuicatl)
Una flor: abierta como una boca diciendo abierta:
un canto.
Otra flor pero la misma flor pero marchita: no dos,
no tres: sólo un instante, sólo un colibrí
dura el hombre aquí en la tierra.
Una calavera junto a otra calavera junto a otra calavera
sobre
otra calavera junto a otra calavera junto a otra calavera
sobre
otra calavera junto a otra: estrofa-tzompantli
Una pregunta a los muertos:
¿Al canto le sigue el silencio o le sigue otro canto?
Otro canto: el silencio de los muertos: otra flor
pero la misma flor pero otra
calavera, etcétera.
Gracias, Fabre.
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