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(In)Mobiliario

Galería Habana, diciembre 2015



(In) mobiliario reflexiona en torno a la vivienda en un sentido amplio, explorando la relación de los artistas con el espacio vital y su articulación a través del mobiliario doméstico y la arquitectura de interiores; de las primitivas hogueras paleolíticas (que dan pie al término “hogar”), evocadas aquí por un performance de Ernesto Neto, hasta las pulsiones entre estética, funcionalismo y necesidad en contextos de escasez y pobreza.

Los muebles y utensilios cotidianos son objetos muy particulares puesto que cumplen una función práctica, que es, en última instancia, su razón de ser, pero poseen a la vez una ineludible dimensión estética que no sólo los determina a ellos, sino también la forma en la que la gente los usa y vive. En contextos de pobreza y escasez la dimensión estética/decorativa suele relegarse a un papel secundario en una aparente reducción funcionalista. Sin embargo, cuando la necesidad y la inventiva popular dan pie a reinvenciones y dislocamientos de los objetos y sus usos programados, un azaroso y pícaro diseño de y desde la precariedad marca el pulso de la relación entre ser humano y objeto, poniendo en valor la intermediación que la creatividad y lo simbólico juegan entre ellos.

Además de "resolver" en la inmediatez de lo práctico, el mobiliario y los objetos cotidianos también nos permiten barajar la idea de otros mundos o realidades posibles: la escoba/caballo de un niño juguetón o la infinidad de usos que se le pueden dar a una silla son también agenciamientos del usuario frente a la planificación vertical del diseño y la arquitectura. En un momento crucial en la historia de Cuba, (In) mobiliario buscará también potenciar la capacidad de soñar, imaginar y crear desde la paradoja estética del refinamiento en lo desarrapado, lo novedoso en lo anhelado, y la postergación de la utopía.

Orden inconcluso. Carlos Garaicoa



 Publicado en Neo2 y art-es enero, 2015



Mediante fotografías, instalaciones, intervenciones y arte objeto, el artista cubano explora las intrincadas tensiones simbólicas y sociales que subyacen al tejido urbano. Entre los proyectos urbanísticos y las urgencias vitales de los habitantes, la ciudad se erige como un conjunto de procesos aleatorios de adaptación y apropiación del espacio. Por más que pretenda regularse, la vida de la ciudad escapa, casi por definición, a los intentos sistemáticos por ordenarla. Es la tercera ley de la termodinámica, el principio entrópico que nos mantiene vivos.

Edificio público como ágora griega, 2014.
Cortesía: Estudio Carlos Garaicoa
Fotografía: Oak Taylos Smith.

Si a lo largo de su carrera artística Garaicoa ya había explorado esos derroteros a partir de su natal Habana y de otras ciudades, en esta ocasión presenta un nuevo corpus de obra inspirada en Madrid, su ciudad de residencia. De esta manera establece un puente entre las micro-realidades ciudadanas y las demandas sociales en medio la emergencia económica y el fracaso de dos utopías aparentemente en las antípodas: socialismo y capitalismo se unen en el clamor de la sociedad civil que se reivindica en el espacio público. Así, en Cerámicas pornoindignadas (2012-2014) los anuncios/azulejos del barrio Malasaña han sido apropiados y sus frases publicitarias fueron cambiadas, no sin picardía, por agudas consignas sociales.


Saving the safe (Bundesbank), 2013
Cortesía: Estudio Carlos Garaicoa (Madrid)
Fototografía: Oak Taylos Smith.



Las conflictivas relaciones entre orden y poder se codifican en una sala de alta seguridad que encierra dos joyas de oro macizo en sus respectivas cajas fuertes. Son dos réplicas en miniatura del Bundesbank alemán y el Banco de España, que se exhiben bajo la vigilancia de un guardia. Dos maquetas, Edificio Público como Ágora Griega y Babel del Conocimiento, nos sitúan ante la imposibilidad de estos dos proyectos utópicos: lo bíblico y lo político, el saber y la religión, las lenguas y las prácticas, como una sentencia sobre la imposibilidad del orden total.


Centro de Arte dos de Mayo de 23 noviembre al 8 de marzo de 2015
Curaduría: Agustín Pérez Rubio


Los carpinteros: Bazar

Publicado en Art Nexus No. 93 Volumen 13 Año 2014

Ivory Press, Madrid
Del 18/02/14 al 05/05/14

Los Carpinteros, Pellejo, 2013



Una pareja de adolescentes entra en una habitación. En aras de privacidad, el chico cierra la contraventana desde la que se alcanza a ver una calle de La Habana vieja. Comienza entonces un encuentro sexual…que se prolonga por décadas. Tengo la impresión de que en Pellejo (vídeo, 2013) se observa elocuentemente una tensión entre tiempo transcurrido y tiempo detenido; o, más bien, entre el tiempo que transcurre sin que la realidad cambie. Consumado el acto, el hombre, ahora viejo, abre las portezuelas. Adentro se han amado, afuera la ciudad es la misma, al menos en apariencia.


La dialéctica entre tiempo transcurrido, borrado y detenido es, sin duda, una de las líneas maestras de Bazar. Tanto en la muestra como en su obra en lo general, esta línea se inscribe en una más abstracta que podría resumirse como exploración del absurdo y el caos. No me refiero a la inquietud de estos artistas por escudriñar paradojas, sino a su enorme capacidad para cuestionar el mundo desde una mirada problematizadora, que encuentra contradicciones ahí donde, en principio, no las hay. La primera línea se muestra de forma inmediata y ligada a temas sociales, fisiológicos, lúdicos o de consumo, mientras que la segunda tiene reverberaciones filosóficas, históricas y conceptuales. Pero no se bifurcan, la mayoría de las veces actúan como capas superpuestas de significación dentro de una misma pieza.


Félix Gonzalez-Torres, Untitled, 1991


Pellejo no es, por tanto, la única obra en Bazar que evidencia las paradojas del tiempo. Más sencilla resulta la metáfora de los relojes (Reloj de pulsera. Tipo A, B y C, 2014) cuyas carátulas han sido cubiertas por una capa de acero inoxidable, borrando así el tiempo que narran. No es el tiempo por el tiempo, en un sentido metafísico. Las implicaciones políticas y sociales son sutiles, pero fácilmente identificables para quien conozca la situación en Cuba donde el tiempo parece haberse detenido. Una de las últimas tomas de Pellejo muestra la cama vacía después del encuentro. Ineludiblemente hallo una delicada cita a Félix Gonzalez-Torres, extensiva en los relojes de pulsera. El vínculo no existe sólo en virtud de las coincidencias de elementos (relojes, amor, pareja, sexo), sino también poéticas, conceptuales e histórico contextuales. Él fue otro artista de origen cubano que supo hablar de lo político desde lo íntimo y aparentemente banal.

Más aludida que presente, la música es la otra gran línea de la muestra. En Polaris (vídeo, 2014), un hombre sube, una a una, sus tres congas hasta la cima de algún monte nevado de los Alpes. El camino es arduo y en ocasiones el instrumento le sirve como un híbrido de bastón y piolet para apoyarse al subir las pendientes. Al final toca algún ritmo en ellas, en la cumbre de la cima. Se ha dicho ya, pero conviene recordarlo: gran virtud es hacer arte tropical sin sol, palmeras y maracas. Si se me permite sugerir un título alternativo, llamaría a este vídeo Con la música a otra parte.