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Álvaro Barrios: Sueños que el dinero puede comprar

Publicado en Art Nexus No.88 Mar-May 2013



En 1972 Álvaro Barrios (Cartagena de Indias,Colombia, 1945) firmó la página de los periódicos en los que aparecía un anuncio publicitario realizado por él, declarándolo como obra original. Con ello daba inicio a su serie Grabados populares que posteriormente derivó en Sueños con Marcel Duchamp. Tan mordaz como oportuna, dentro de su contexto, la muestra Sueños que el dinero puede comprar se une al repertorio de trabajos que Barrios ha efectuado en torno a la mitificada figura del artista francés, y constituye una nueva etapa de aquella serie.

Todo comenzó a principios de la década de 1980, cuando Barrios repartió hojas volantes con la fotografía impresa del rostro de Duchamp y varios renglones en blanco, para que el público pudiera escribir en ellas sus fantasías en torno al personaje. Las respuestas del público no fueron tan estimulantes y Barrios terminó redactando por su cuenta los textos que configurarían el proyecto completo. Se trata de un conjunto de aforismos que ponen en evidencia la fetichización del objeto artístico y el culto a la persona, así como otros complejos mecanismos y perversiones del mundo del arte. En 1983, el artista realizó una serie de acuarelas en donde se apropiaba de obras de Canaletto para escenificar algunas de las situaciones propuestas por los textos que conformaban los Sueños con Marcel Duchamp, y desde entonces ha ido ilustrando la colección de onirismos a través de diversas técnicas y formatos. La exposición que nos ocupa reúne seis acrílicos sobre lienzo –realizados entre 2012 y 2013— de estos sueños ilustrados, elaborados desde un lenguaje pop salpicado por el humor y la ironía de la estética cómic, cuya frivolidad característica contrasta con los alcances conceptuales de los “sueños” que se enuncian en los recuadros superiores de las viñetas.

Para los neófitos en la obra de Barrios, esta es una buena oportunidad para vislumbrar los recursos plásticos característicos del autor, como la apropiación, la cita, la ironía, el mise en abyme y el fuerte anclaje conceptual de su obra que, muy a pesar de la factura artesanal de los cuadros, da una importancia mayúscula al lenguaje y los sentidos poéticos por él planteados. Si la presencia/impacto de Duchamp en todo arte post-duchampiano no es ninguna novedad, sí puede serlo su tratamiento en la obra de artistas como Barrios, donde la presencia del primero deja de ser fantasmagórica y se hace explícita para admitir lo que todos sabemos y pocos nos atrevemos a decir: hemos hecho de quien abominó el teísmo un Dios al que rendimos el culto equivocado.


En esta línea, y como comienzo profético, la muestra da inicio con un paisaje que alude al pasaje bíblico de la creación, ilustrando así el primer sueño: “Marcel Duchamp había declarado arte todo lo que existe y acto seguido había declarado que sólo lo que no existe es arte”. Frente a él, otro guiño bíblico, La multiplicación de los cuadros (2012), sueña: “… que algunos apóstoles recogían pinturas famosas del mar picado. Rueda de bicicleta, de Marcel Duchamp, era usada como timón del barco donde navegaban los pescadores. Ese día la pesca fue tan abundante que cinco museos del mundo pudieron ser llenados”.

La pieza que da título a la exposición, homóloga a la película de Hans Richter (1945), muestra una de las hojas de los primeros Sueños con Marcel Duchamp, con el retrato del artista y los renglones sobre los que se alcanza a leer el manuscrito “soñé que nadie podía soñar y Marcel Duchamp elaboraba los sueños de cada uno de acuerdo con sus necesidades”; es el mismo Álvaro Barrios quien firma ese sueño. El filme surrealista de Richter, como es sabido, es una búsqueda experimental en la que participaron activamente Alexander Calder, Max Ernst, Fernand Léger, Man Ray, y el mismo Duchamp, y trata de Joe/Narcissus, un hombre que, para poder pagar el alquiler de su habitación, monta ahí un negocio que consiste nada menos que en diseñar sueños a la medida para una variedad de clientes frustrados y neuróticos. ¡Cuántos quisieran hoy en España diseñar sueños a medida para evitar el deshaucio!

Inteligente y pícaro, el “meta” sueño de la pieza, que da título a la exposición, es que el filme de Richter “… fue realizado con el fin del que el público comprara mis “Sueños con Marcel Duchamp”. Probablemente nada más ad hoc para una exposición en una galería discurriendo en paralelo con ARCO. Sin embargo, la mejor obra de la muestra es la que sueña “que muchos siglos después de hoy, los niños elevaban cometas hechas con originales de cuadros famosos…”.





Álvaro Barrios. 
Sueños que el dinero puede comprar
Febrero 8 al 16 de marzo de 2013
Galería Fernando Pradilla
Calle Claudio Coello 20, Madrid, España